A veces nuestra tierra emocional tiembla con fuerza y la vida se resquebraja. En la conmoción de la pérdida, tratamos de sujetar los pilares rotos de ese mundo conocido, sostener los pedazos del tierno hogar que nos dio cobijo. Evitamos caer públicamente. Creemos firmemente que podremos conseguirlo y seguir viviendo en ese frágil juego de equilibrios. Pero, ¿hasta cuándo? Qué difícil es transitar el duelo y decir: ‘sí, me duele’, y poder por fin, quizás, desprendernos y seguir viviendo.
Partiendo de un cuerpo en caída, se desarrolla esta propuesta unipersonal que indaga en el territorio mixto de la palabra y el movimiento. Un gran equipo multidisciplinar de creadoras y creadores han hecho posible esta bella propuesta contemporánea.