La iconografía de «La muerte del cisne”, con su simbolismo y carga cultural impuesta, es el punto de partida para este desafío de las nociones convencionales de belleza y una acción para politizar la estética.
¿Es la belleza apolítica?
Estos “nuevos cisnes”, desafían el binarismo convencional sexo/género y evidencia las narrativas propias y capacidad de agencia de un cuerpo en su multiplicidad de expresiones y posibilidades de ser leído.
El movimiento se utiliza como un lenguaje que trasciende y explora la complejidad del pensamiento centrado en el ser humano.
Se invita al público a cuestionar sus propias percepciones de la belleza, la política y la identidad, sumergiéndose en un viaje efímero que abraza y desafía la visión clásica de la belleza.