Desde los átomos de nuestro cuerpo hasta la red infinita de hongos que nos rodean, la vida tiende a reunirse en comunidades para sobrevivir y prosperar en una convivencia cooperativa.
Una comunidad, es un conjunto de entidades únicas interconectadas por una infinidad de puentes construidos sobre la base de la confianza, que permiten a cada componente abrirse y explorarse a sí mismos, así como a sus pares, en un sentimiento envolvente de seguridad, benevolencia y pertenencia.
La resiliencia, comprensión y aceptación son esenciales. Hay que aceptar cambios importantes para alcanzar el equilibrio y continuar el ciclo necesario para seguir adelante.
Aprender a acoger al recién llegado con el corazón abierto, con tanto cariño y comprensión como cuando hay que dejar ir a un compañero.