La nana un abrazo que arropa, un balanceo lento que nos hace conectar a todas con una raíz muy ancestral.
Ese canto de amor y lamento que encierra mucho más contenido de lo que expresa, cuyo fin es proteger pero también desahogarse, mecer y a la vez soltar.
La canción de cuna es un lamento cantado que atrapa las penas y las frustraciones y que nos recuerda el papel fundamental de las mujeres en el cuidado, siendo ellas quiénes transmitieron este canto trágico y tenebroso, tan
cercano a las cadencias frígias que encuentran un nexo común a lo largo del mediterráneo.
De canción en canción, de boca en boca, de abuela a madre, de madre a hija. La transmisión como herencia, como quien mece la sabiduría, el movimiento, la espera, transmitiendo las penas, los cuidados y las esperanzas.