El agua es origen y medio de la subsistencia humana. Algunos pueden entrever en el movimiento de sus olas tierras prometidas, promesas inciertas, esperanzas, escapatoria, salvación… Pero es en la inmensidad del azul del mar y su olor a salitre, donde el miedo, la incertidumbre, el abandono del hogar, el caos, y la profecía de muerte, invade los cuerpos de las personas que se adentran día tras día en sus pateras intentando hallar el futuro de sus vidas.
El espectáculo acerca al espectador a la realidad que viven los inmigrantes, los desplazados, los olvidados, a través del arte del movimiento. Dos cuerpos que se fusionan y bailan en la esperanza de encontrar un refugio seguro. Una invitación a tomar consciencia de otras formas de vida y asumir la responsabilidad individual.