En el espacio sonoro creado por la compositora Paula Olaz, melodías tradicionales como las del ttun-ttuna o la xirula se encontrarán con sonidos más industriales y modernos.
Una mujer y su “buruko” reflejan la carga emocional y cultural que tienen en el camino de su ciclo vital con una estructura que en cada escena irá cambiando de simbología; nacerá y se refugiará en ella, y de ella derramará voz, sudor y vida.