Es una curiosidad infinita, como la de un cachorro que descubre continuamente. Es una atención efervescente que no para de recibir y emitir información. Es una percepción escrupulosa y continua del momento presente. Es una disposición generosa al cambio. Es una celebración gozosa y duradera de la complejidad y lo plural. Es un intento tenaz y persistente de visibilizar lo que la danza puede llegar a hacer.
En este trabajo, Louise Dahl, Zrinka Užbinec y Darío Barreto Damas utilizan la repetición y el ritmo como generadores para bailar una danza que reclama su propia supervivencia al jugar con su potencial para ser experienciada como un fenómeno en constante cambio, que puede coexistir con otras formas artísticas sin someterse a ellas.