El proyecto nace de la necesidad de visibilizar y resignificar las experiencias dolorosas como parte intrínseca a la experiencia humana, entendiendo las fracturas como señales de una vida puesta en juego.
Queremos reivindicar el derecho a ser nosotrxs, sin tener que ocultar parte de nuestra historia detrás de una fachada de perfección y grandeza -porque la grandeza, paradójicamente, se descubre al reconocer la propia pequeñez-. Una ruptura frente a los valores que nuestra sociedad consumista y capitalista trata de imponer.
Grietas es, en definitiva, un grito roto, una invitación a oír con el corazón que no hay que hacer para merecer; que con ser es suficiente
¿Acaso la verdadera perfección, tanto estética como interior, no será reconocer, con sencillez y valentía, la propia fragilidad?