El arte de no ser, un esbozo poético, un viaje corporal sobre la vivencia de la dependencia. Un tránsito por el vacío, el silencio, el automatismo, el estrés, la ansiedad, emociones y sensaciones que tiñen los estados de ánimo del ser.
Un personaje y un objeto, el teléfono, y todo un mundo por delante donde la existencia está intrínsecamente atada a la necesidad.
El teléfono, un paralelismo hacia todo aquello que nos incita a la adicción y su relación con el personaje, una alegoría al eterno tabú de la soledad.