“Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo. Como el teatro que no recoge el latido social, el latido histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa cosa horrible que se llama “matar el tiempo”. Dijo Lorca.
A partir de aquí, y gracias a esta reflexión del autor, las coreógrafas Meritxell Barberá e Inma García dibujan su propia versión del drama de La casa de Bernarda Alba, entre la danza y la literatura.
La compañía de Taiat Dansa explora en esta nueva creación conceptos como
la libertad, el deseo, la represión femenina, el drama y la violencia, a partir de la emblemática obra La Casa de Bernarda Alba.