Paisajes presenta una serie de composiciones en las que ponemos el cuerpo como el lugar a donde volver para vivirlo tal cual es: una transformación constante, entrañable y sensible, rebelde y juguetona, llena de realidad.
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Cada paisaje son formaciones que hablan, a través de la danza y de la performance, de elementos y relaciones cercanas como el amor, la dependencia, la edad, la vitalidad, el cuidado, la atención, la sexualidad, entre muchas.
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En Paisaje tres bailamos la transición del tiempo y del amor o cómo el amor se transforma en una relación con el paso del tiempo. Una pieza que despliega todas las situaciones posibles que se pueden dar entre nosotros donde ponemos nuestras diferencias y cercanías a dialogar a través de la danza.