Soy bombero. Quemo libros. No leo los libros que quemo. Leer está prohibido. Recuerdo cuando antes los bomberos apagaban las casas en lugar de encenderlas. Cuando los jóvenes no se mataban entre ellos. Cuando todavía existían los porches para sentarse y ver salir el sol. Ya nada de eso existe. La sociedad está enferma. La cultura está enferma. Hay que quemarlo todo y empezar de nuevo. Convertirlo todo en cenizas y después quemar las cenizas. Esta es la historia de una historia. La historia de la palabra contada frente a la hoguera. Frente a un fuego que no quema sino que calienta.