Hay algo oculto en nuestra memoria, donde también existe algo roto. Lo oculto cambia de forma, de lo flamenco a lo urbano, de lo propio a lo común. Lo que se rompe tiene menos peso, y el trampantojo de Al Ándalus permite decirte una cosa, aunque en verdad quiero decirte otra. Tenemos aje, nos gusta el cachondeo, ser el mestizaje de todo nuestro camino, ser corazón y que no falte el ritmo.
“Tú te acuerdâ de lo que te e dixo? Ea, pô eço, no te bayâ a orbidá"