Todo comienza en un instante, en un lugar.
Lo casual hizo que lo hiciera en 1953, es mi punto de partida, no recuerdo nada si no es por lo contado; lo analizo y lo desarrollo sabiendo que solo desde las relaciones humanas contenidas, desde este lugar, puede entenderse que, como
seres humanos, seamos capaces de sobreponernos a situaciones de vigilancia y ausencia de libertad.
Quizás, por eso lo encontré en la danza como expresión de lo no vivido, lo contado e imaginado. Son mundos imperfectos de difícil medida.