Una propuesta escénica de Juan Ignacio Gómez-Caminero López, un antropólogo caído del cielo, que en esencia es el eterno intento para crear un puente de Reconciliación entres seres, basado en una mirada antropológica y en una genuina forma de entender la vida.
El intento de cada pausa trasciende el entretenimiento y promueve, más bien, el contacto íntimo, el descanso, el disfrute y la conexión con la Vida, con el Amor y con lo Más Grande (más allá del nombre que cada quién utilice para nombrarlo).
Es, al fin y al cabo, una apuesta por acariciar el Alma, recordar el Amor Propio y contactar con lo Esencial.
Por tanto, esta propuesta se articula en base a la necesidad del ser humano de pausar la inercia vital, saberse parte de un Todo compartiendo con otros un instante y contactar con la F