Es un espectáculo donde los estratos sonoros de violín y voz construidos con los loops y pedales de efecto son la esencia del mismo. Se cuida la puesta en escena, recreando ese espacio íntimo de composición del disco. En su discurso, Altable reflexiona sobre la conexión con el medio natural, la coherencia y la necesidad del autoconocimiento y conexión con nosotras mismas.
Acompañado de las visuales del artista Javier Llanillo y el concepto sonoro del productor Samuel Peñas, el viaje sensorial que el espectador recibe se transforma en un paisaje orgánico, coherente y elegante. Como las personas y lugares que le han inspirado.
Entre sus influencias encontramos a Iva Bittova, Hania Rani, Neønymus o Portico Quartet. Podemos encontrar claras influencias del folk, música minimalista o ambient.