Un catedrático de clásicas destituido de la universidad
es internado en un Centro de Reeducación Psicocultural
debido a las secuelas mentales producidas por el cese.
Su conocimiento y admiración por el mundo clásico, le
hace asumir por momentos el personaje de Aristófanes.
Así, entre la realidad y la ficción, imagina al dramaturgo
griego como modelo de libertad frente a una sociedad
cada vez más repleta de tabús intocables.