Calisto, un joven noble apuesto y de preclaro ingenio, penetra en la huerta donde se halla a Melibea, de quien queda profundamente
enamorado. Ante el rechazo de ésta y aconsejado por su criado Sempronio,
decide encomendar su cuidado a Celestina, para lograr por medio de ella el amor
de Melibea. La alcahueta consigue mediante artimañas que Melibea se enamore
de Calisto. Los criados de éste intentan explotar un beneficio propio a la pasión
de su amo: que había prometido una cadena de oro a Celestina si lograba entre
todos enamorar a Melibea. Cuando esto sucede, los criados reclaman su parte
y ante la negativa de Celestina, la matan. Son apresados y ejecutados por la
justicia, de lo que Calisto tiene noticia al día siguiente. Los amantes olvidan pronto estos tristes