Shakespeare fue duro en su creación con el matrimonio Macbeth, que fueron reyes coherentes y pacíficos, en la medida de aquellas realidades cinco siglos antes de los tiempos reflejados en su obra.
Lady Gruoch, nieta del rey Kenneth III creció adoptada por el rey Duncan, que había acabado con la vida de toda su familia. Lady Gruoch creció en silencio… y ahora nuestra obra le da la voz.
El diferente punto de vista hacia los hechos abre nuevos caminos de comprensión de la tragedia. La historia da un vuelco invitándonos a compadecer, comprender, rechazar y reflexionar. “La bendición de Dios os acompañe y a todos los que deseen trocar el mal en bien y a los enemigos en amigos” La conciencia torturada de Lady Macbeth huye por el hilo del delirio y del suicidio. “Tierra borra mis pasos” ese final