Ésta es la historia de una extinción. De la desaparición de un personaje y su entorno, representando una cultura, una forma de hacer y entender el mundo, unos saberes. El último Sífir forma parte de una historia que ya no existe, como el último hablante de una lengua o el último habitante de un pueblo.
Sífir es una palabra polisémica del kurmanji que significa nada, cero. Pero también raíz y cobre. El último Sífir se encuentra entre la raíz y el cobre, entre la madera llena de vida y el frío metal, entre el pasado y el presente... Entre quedarse en un espacio lleno de ausencias o marcharse, abandonando ese pasado y entregándose al cambio.