Una constante búsqueda del equilibrio, todo oscilante, girando, bailando.
En la pista, un hombre y una gran balanza. Jugando con pesos y contrapesos, emprende un viaje en busca constante de los límites del equilibrio. Este viaje es tan físico como interior. Es un mirarse y también exponerse a la mirada de los demás. Mirar la propia soledad y trascenderla exponiéndola en el centro de la pista. Un viaje simbólico en el que cada uno de nosotros se podrá reconocer.