Los charcos son una manera de volver a casa, para dirigirnos a la primera infancia, para volver a ese imaginario que nos sigue alimentando. Para compartir la mirada y la pasión que nos llevó lejos. En esta ocasión nos centramos en la temática del agua, charcos, nubes, chubascos, el centro del ciclo de la vida. La lluvia para un adulto suele provocar no salir, quedarse en casa, cancelar planes, por el contrario para un niño supone un cambio en el paisaje, cada charco es una oportunidad de disfrutar, jugar, experimentar y pasarlo bien.
A través del pez que aprendió a volar y del pájaro que soñó nadar se desarrolla un mundo onírico entre las profundidades de los charcos y las alturas de las nubes. Un seguimiento del ciclo del agua por medio de la poética de las artes visuales la danza