Desde niño, a Prohaska le fascinan las imágenes. A ellas dedicará su vida como cineasta, fotógrafo y pintor. Pero Prohaska es un artista muy singular, obsesionado con la desaparición y la invisibilidad, un hombre paradójico del que no se conserva una sola imagen, pero que sin embargo parece haberlo visto todo. La actitud de este artista ante su obra plantea dos preguntas incómodas: la primera, si se puede vivir sin ideología; la segunda, si se puede mirar con impunidad.
Ganador del Premio Adrià Gual y el Premio Serra d'Or 2017 a mejor espectáculo, Este espectáculo propone un travelling vertiginoso, en el tiempo y en el espacio, que recorre no sólo la entraña del feroz siglo veinte, cuya crueldad Prohaska se obstina en retratar, sino el mapa completo de la vergüenza humana.