Alegre, divertido, cómico, sugestivo y profundo, esta obra de circo-teatro contemporáneo se desarrolla entre la tierra y el aire, inspirándose en los tres estilos artísticos del 700 barroco, rococó y neoclasicismo. El juego teatral empieza con el período barroco, ironizando sobre las relaciones superficiales de la clase aristocrática de entonces. A continuación, se da paso al rococó que añade una brisa de frescura y frivolidad al juego acrobático y teatral. El tercer y último cuadro, de matriz neoclásica, cuenta de la vuelta a la sobriedad alimentada por el iluminismo que desembocó en el levantamiento popular hoy conocido como Revolución Francesa. En fin, un himno fogoso y aéreo representará la liberación del pueblo y la mejora de la existencia humana.