Alicia quiere hacer maravillas y convertirse en una estrella.
Cuando quiere hacer magia, resulta ser más maja que maga.
Es telepatética con la telepatía y practica un mentalismo muy elemental.
Su gran ilusión por ser ilusionista la convierte en una ilusa y si juega a ser fakir, acabará dolorida.
Un espectáculo en clave de clown donde prima el lenguaje del gesto sobre las palabras.