Ares, poseído por su necesidad de sembrar el terror, intentará llevar el caos y la destrucción al mundo terrenal atravesando el inframundo para liberar a los más
temidos seres, a los monstruos más crueles de su prisión en las profundidades abismales del Tártaro, y volver a bañar nuestro mundo con el miedo y la confusión de los que se alimenta su poder. Pero la poderosa Atenea no se quedará impasible ante esta abominación y de nuevo abandonará el Olimpo, empuñando su lanza y acompañada por sus tótems y mitológicos guerreros, para enfrentarse una vez más a su hermano, a la destrucción y la oscuridad con la luz de la inteligencia como mejor arma.