Hoy en día es fácil conocer los efectos de la sobreexplotación del terreno. El monocultivo, el sobrepastoreo y la ganadería extensiva son factores que favorecen la degradación del medio ambiente. Y esa degeneración ocurre análogamente en el ser humano que intenta penosamente luchar contra esta tendencia. Ese hombre que agota sus esfuerzos en una guerra desorganizada y sinsentido se siente solo, perdido en su caminar como en un desierto.