Todas las noches Cavanosa seduce a una mujer en el parque, junto a su casa, para después sacrificarla en su habitación, donde convive con sus muñecas, en una ceremonia de amor, sexo y muerte. Cavanosa es a su vez víctima de las humillaciones y vejaciones de su madre, quien le ha hecho pensar que es un ser deforme. Una noche Cavanosa conoce a Sil, la que accede a sus macabras demandas después de enamorarse; pero la ceremonia no puede consumarse por la intervención del amante de la joven. Después, el transcurso temporal abandona la linealidad para mostrar otro encuentro en el parque, junto a la casa. Esta vez aparece Lys, quien concibe perversiones semejantes a las de Cavanosa. Para consumar la unión, se marchan a recorrer el mundo en un carrito de bebé; o tal vez no.