Entretejidos con la vídeo-danza y otros textos no dramáticos, dos hilos argumentales nos cuentan la confluencia casual de Sara y Carlos, personajes que se enfrentan a la vida y a la muerte sin poder escapar del contexto biopolítico en el que desarrollan sus obsesiones. Atrapados por el consumo de tratamientos, fármacos y otras adicciones, estos personajes dibujan círculos viciosos entre la obligatoriedad de la vida (la infertilidad como obsesión) y la imposibilidad de la muerte (el ensañamiento terapéutico) poniendo al descubierto la fragilidad con la que nos enfrentamos a ser uno mismo.