Ara Pacis pretende ser un grito por la paz, la alegría y la tolerancia. El ‘Ara Pacis’ era un monumento que los antiguos romanos construían al terminar la guerra para pedir a los dioses que la paz no les abandonase de nuevo. Sin embargo, estos templos acababan siendo destruidos precisamente por los nuevos conflictos que trataban de evitar. En este contexto, la fiesta se presenta como alternativa a la violencia. El uso festivo de la pólvora contrasta con su uso militar, en una muestra de la dicotomía que define al ser humano, capaz de generar la más bella obra de arte, pero también de perpetuar las atrocidades de la guerra. Ara Pacis es un espectáculo visual, sin palabras, que conecta perfectamente con todas las sociedades del mundo independientemente de su ideología, credo o nacionalidad.