Es una pieza de danza-teatro dirigida e interpretada por el bailarín y coreógrafo Leodan Rodríguez. La obra trata del poder cuando es corrupto.
En ella un hombre pasa de la irritación a saciarse de sus elucubraciones del poder que tiene él para el funcionamiento del sistema. Este poder es inmune y aplasta todo lo que está a su paso dejando un rastro de des humanización.