Polvo somos y en polvo nos convertiremos

Una antigua estación abandonada. Muchos pasajeros pisaban aquellos andenes. Ahora no pasa nadie. Sólo Amparo, la guarda de la estación. Allí llega Matusalén, viejo amigo y compañero de Amparo.
Matusalén se fue. Amparo se quedó. La vida te lleva, te trae, te aleja. Los caminos se separan y después del tiempo los de estos dos personajes se vuelven a unir. Una caja aparece en escena. Un féretro que ha dejado uno de los trenes de mercancías. La muerte planea en la estación.
EL PROYECTO: Se ha partido del trabajo físico sin olvidar la organicidad de los personajes, buscando además una estética cuidada donde las imágenes son parte importante. También se ha investigado en las diferentes voces partiendo de voces "no reales". El canto ha sido parte del trabajo en todo este proceso.