La obra habla de una percepción y un tiempo en el que el acercamiento al cuerpo se convierte en un prelenguaje íntimo y un balbuceo arriesgado, un encuentro de miradas, un deseo, una ficción. Su utopía de bárbaro: el humano que vendrá. Le gusta pensar que esta propuesta es un ritual de pasaje entre lenguajes, de la escena a la pantalla, de la carne tangible a la imagen filmada, un cruce entre caminos un mestizaje entre el acto performativo, la creación sonora a tiempo real y el cine documental, para resignificar una experiencia.
Esta propuesta escénica se compone de una pieza de danza arraigada en la tradición de la ciencia ficción y una pieza documental sobre el proceso de construcción de ésta insertado 'Frente al espejo'.