La venganza de la Petra

La obra se representa como se concibió en origen, manteniendo intacto el texto de Arniches, y tanto la escenografía como el vestuario nos llevan a la época de ese pintoresco y saleroso Madrid de la primera guerra mundial.
Los personajes desfilan por esa “ventana” mágica a veces inocentes, a veces pícaros, con el ritmo y modos con los que se manejaban las mujeres y los hombres de ese tiempo .Y aunque quizá al espectador de hoy en día pueda resultarle un tanto pueril realmente el juego del gato y el ratón sigue siendo aleccionador y sobre todo divertido teniendo en cuenta que el Amor es lo único que no pasa de moda.
El gracejo e ingenio del lenguaje, lo acertado de los conflictos y el perfecto acabado de los caracteres hacen que la risa y el divertimento estén asegurados.