TARZAN es un personaje emblemático que han conocido prácticamente todas las generaciones. Su solo nombre evoca un sinfín de sueños: aventura, naturaleza, ecología, amistad, libertad… y todos estos conceptos son los que queremos queden reflejados en nuestro montaje teatral. En un momento de falta de valores éticos e incluso morales, el ejemplo de TARZAN para con el mundo que le rodea (la selva, los animales) es un modo de ver cómo debemos de tratar nuestro propio entorno. Lo que intentamos es hacer un espectáculo teatral con una excelente base educativa que puede crear una concienciación no solo entre los más jóvenes de los espectadores que buscamos, sino también en adultos.