Miguel de Cervantes se despierta al atardecer del 22 de abril de 1616 y recuerda una conversación habida unos días antes en la que se hablaba del Teatro. Él, como el más viejo del lugar comenta sus recuerdos y evolución en la segunda mitad del siglo XVI y principios del XVII que hizor del Teatro la fiesta del pueblo.
Recuerda su juventud, su paso por los tercios italianos, la batalla de Lepanto y su cautiverio en Argel.
Disfruta recordando su regreso a España, cómo el teatro entra en los corrales de comedias y cómo el contribuye a su desarrollo, hasta la llegada de Lope de Vega y su avasallamiento.
Recuerda el éxito Don Quijote de la Mancha y pide a los cómicos venideros que lo lleven a la escena.
Ya sin fuerzas para seguir peleando, se despide del mundo de los vivos.