Macbeth, que muchos críticos consideran el primer texto expresionista de la historia, es una obra que hemos aprendido a contemplar con asombro, distancia y prudencia. Quizá Shakespeare nos sigue colocando, a los espectadores del siglo XXI, frente a un espejo en el que no queremos reflejarnos.
Macbeth asesina el sueño en una larga noche que no encuentra el día, y suspende su realidad en un único momento sin tiempo, quizá solamente para poder dejar de pensar y por lo tanto, de sentir.
Macbeth nos recuerda que lo espantoso siempre puede estar a punto de suceder, y que no tendremos más remedio que participar de ello.
Nuestra propuesta cuenta con la interpretación musical en directo a cargo de Marino Villa