LA BUJÍA Y EL OJAL
Rebeldías mínimas
Agacharse para mirar si el coche pierde aceite, lanzar una piedra al agua y
que salte, cuantas más veces mejor. Cruzar las piernas al sentarse, limpiar una
mancha del suelo en casas ajenas, mirarse en los escaparates, tocarse y
morderse el pelo.
¿Qué nos define corporalmente como hombre o mujer? ¿Qué gestos o
acciones propios de nuestro sexo biológico aprendimos y repetimos en el
cotidiano?
El concepto de género está sometido a múltiples manipulaciones, si bien la
idea de género como convención social impuesta desde el momento en que
nacemos ?y no asociada a factores biológicos? es algo cada vez más
aceptado. Cuando nace un bebé, antes de determinar si es normal desde un
punto de vista estrictamente físico ?si tiene dos manos, dos piernas, dos
ojos? se especifica algo mucho menos relevante pero que va a condicionar su
vida futura y va a poner de manifiesto la educación diferenciada que reciben
hombres y mujeres: es un niño, es una niña. A partir de ahí, incluso el más
banal de los símbolos ?la ropa? los diferencia: a las niñas se las viste de rosa
?color asociado en nuestra cultura a los afectos? y a los niños de azul
?asociado al trabajo?. Las mujeres deben dedicar sus
vidas a los afectos vestidas de rosa y los hombres deben
ganarse la vida vestidos de azul. Pero como al final las
mujeres tienen que trabajar además de sentir, el azul entra
en sus vidas a medida que se hacen mayores. No deja de
llamar la atención que, por el contrario, el rosa no suela
pertenecer al ámbito de lo masculino sin implicaciones de
afeminamiento, lo cual lleva a sospechar la definitiva
exclusión masculina del mundo sentimental.
Y así nos enfrentamos al concepto a investigar:
?Feminidad-masculinidad, los mandatos de género sobre los
que se construye la diferencia sexual. Lo absurdo de esos
mandatos.
Buscar desde el movimiento, acciones o gestos «apropiados»
que te definen como hombre o mujer. Partir de la investigación de
los tópicos en lo corporal. Trabajar estos conceptos desde el
cuerpo y la presencia. Movimientos gestos o acciones
estereotipadas. Atravesadas por lo lúdico, el humor, la pasión, la
violencia, la repetición o el cansancio.