El montaje, escénicamente muy visual, se basa en la proyección, sobre el fondo del escenario, de un plano fijo captado por una cámara situada cenitalmente, sobre una mesa de dibujo en la que unas manos van dando forma y color a diez obras, mientras una voz en ‘Off’ relata de forma poética, amena e instructiva diez momentos en la vida de Miguel Hernández. En un lateral del escenario una orquestina de seis músicos, interpreta y recrea al mismo tiempo, diez motivos musicales que se mueven entre el folklore y la música de película (banda sonora), y que acompañan la realización de cada dibujo.