Decir Cirano es pensar en el amor. Amor incondicional, desmesurado, prohibido, caprichoso, sexual, interesado...Todos los matices del amor se encuentran en el original de esta obra genial.
En estos tiempos que corren, en donde hemos empezado una carrera de vértigo por demostrar cuanto odio sentimos hacia el sitio en el que vivimos. Hay que hablar de amor. Así sea caprichoso como el de Roxana, impetuoso a lo Cristian o apasionado y obsesivo tipo Cirano.
Amor a fin de cuentas.
Un sentimiento difícil de encontrar en estos tiempos en donde resulta ridículo hablar de él.
Jamás creí que tendría que justificar al amor.
Este espectáculo pretende reírse de él, vibrar con él, respirar de él, jugar con él... casi irrespetuosamente.